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martes, 8 de abril de 2014

Hasta la vista

A finales de octubre se jubiló una compañera. Después de 34 años había llegado el día y dio la orden, si la orden, de que nadie se encargara de recaudar dinero para hacerle un regalo. Que no quería nada. Siempre nos hemos llevado bien y hemos pasado muy buenos ratos, de esos que te hacen llorar de la risa. Así que siguiendo su deseo no le regalé nada por su jubilación, pero si por su cumpleaños, esta bufanda que la foto no le hace justicia. Se fue así, sin más, levantando la mano desde lejos para despedirse de todos los compañeros, llevando unas flores que por suerte no nos rechazó. Curiosamente ese mismo día se jubiló otra compañera, esta si que había pedido un regalo, una foto de todos nosotros juntos, para recordarnos siempre. Así que mientras brindábamos con cava por el futuro de nuestra querida Elisa, vimos todos perplejos, como salía la otra compañera con sus flores y nos quedó una sensación de tristeza. Por supuesto, no hemos sabido nada más de ella.




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